miércoles, 17 de febrero de 2010

Guacamole reversionado + Martín Buscaglia


El guacamole es un clásico de la cocina mexicana que ya hace algunos años se volvió un clásico de mi cocina. Apenas lo conocí lo adopté como un aliado buena onda, que te saca de un apuro, que siempre te salva y te hace quedar bien. El guacamole es fácil, muy fácil pero tiene un ingrediente que es la figurita difícil: el cilantro. A pesar de que a simple vista es muy parecido al perejil, no se consigue en cualquier lado, muchas veces te lo cobran caro y en verano, con el calor, desaparece del mercado.

El otro día, todo estaba dado para saborear un delicioso guacamole: Martín Buscaglia cantaba fuerte, con ganas, con ritmo: 'Gracias cerebro por dejarme en paz', yo abría la heladera y la palta estaba justito para comer, un tomatito solitario me decía: 'dale loca, con un poquito te alcanza' y una cebollita también me animaba. El frasco de picante, ansioso porque lo destape y así volver a respirar. Lo que no estaba, lo que no tenía y lo que no iba a conseguir, era el cilantro.

A pesar de eso, no me acobardé, pensé en un reemplazante y aunque no exista nadie como él, se me ocurrió ir a la terraza donde tengo una mini planta de albahaca que tiene un aroma... increíble. Saqué algunas hojitas y me armé un guacamole reversionado.

Lo llevé a la mesa y la verdad es que no defraudó, al contrario, se la bancó bien y se convirtió en una gran alternativa para cuando el cilantro escasea. Eso sí, para que salga óptimo tiene que ser acompañado por la música de Martín. "Gracias Martín por dejarme en paz".

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